3.10.11


Rivadavia y más allá.
Caballito
Hidalgo y Yerbal, cueva de ángeles.
El cielo en los ojos, el corazón en la mano.
La musa, los miedos, las mentiras infectas,
los soles, la mierda, la puta valía de un alma entera.
Tanta sonrisa, tan pocos oídos,
tanta desconfianza en un frasco tan chico,
tanto amor saliendo de la boca,
tanta bronca brotando por los poros.
No se puede correr contra el destino,
ni se puede apurar la rueda de la fortuna.
Un mal negocio con los muebles del amor.
Porque se huele mejor mentirse verdades inventadas
que ver madurar un reloj pulsera,
y yo prefiero consultarle al viento
antes que escuchar la envidia ajena.
Y cuando quieras saber que fue de mi,
no me preguntes como estoy…
Preguntá por vos,
voy a estar golpeando la puerta de un nuevo adiós.