20.9.06

Sentir tus manos sobre mi cara
me lleva a percibir sin sentidos,
y es como amarte desde antes, de antes.

Saber que tu sonrisa lo sería todo,
que conformaría un todo,
y que sin ellas yo sería nada,
Y que no quiero nada sin ellas, desde antes, de antes.

Que tus palabras me hacen bien, aunque no las entienda.
Que tus miradas me dicen más de lo que pido, y me estremecen,
Y que tu alegría por verme sana todos mis males,
Desde antes, de antes.

Por eso, por lo que no veo de hoy pero espero de mañana,
es que ya canto: Victoria!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sorprende que un hombre sienta tanto por su hijo, es esa parte que no conoci.

Anónimo dijo...

La hubieras conocido prestando atención. Cómo no sentir tanto por ellos si ellos sienten más aún por nosotros? Sienten puramente, sin engaños, sin objetivos oscuros ni pretensiosos más que el de buscar recompensa en nuestros brazos.