No gano de mano,
ni me crucifico.
Estos 33 son de otro palo.
Cambiar de cartas
no te hace a ganar,
pero redoblás la apuesta
aunque no ligués.
Porque el fondo no busca luz
y tiene sombra,
pero el pasado fue peor
y se llevó la claridad.
El reloj no está en hora,
marca el juego de morirse ayer.
Es que la vaca sagrada
no toma de su leche;
nunca estuvo atada,
se echa a perder.
Vagando en otra calle
(que hace 396 meses),
con más coraje
(que las últimas 1.584 semanas)
y la misma puta melanco
(de las últimos 12.045 días),
destapo otro tinto por lo que fue...
y será.

Diciembre marchita del 1 al 15,
mata del 16 al 31,
y enero da el tiro de gracia.
La verdad de la milanesa
es que todos se sientan a la mesa
y nadie saca guita para pagar.
Porque los arco iris no son eternos
las ánimas dejan ya algunos cuerpos,
son fantasmas en los arravales.
Aplausos para la estatua idiota
que anda vendiendo caras
algunas de sus derrotas,
y se deja morir...
en ninguna estación.

Y como una rata
rajás por el empedrado.
Vas oscura,
no hay farol que te de luz,
ni brillás como antaño
donde corrió sudor.
No es molestia, pase usté...
total se toma la pinta
y descansa el cogote
donde pesa la excusa
de hacerse mujer.
El problema no es querer,
sino hacerse el ofendido
pelearse con el cuore...
y mentirse con la piel.

Incómodo y húmedo
(lluvia de noviembre).
Cartón en la cara,
comillas en el pecho,
patadas en el culo.
Corrompe la paloma
el infierno rojo,
se visten de pobres
la pimienta y sal.
Duele el vacío
del abecedario,
y que la luna nueva
sea la misma de ayer.

Caballo de Troya.
El marulo esconde
guapos de puño
que enfrentan sin armas
peleas al azar.
Las fotos son viejas,
la Polaroid no para de sacar.
Sentires en letras
y estrellas que iluminan
pasado, presente y futuro,
y no quieren brillar conmigo.

Punguean sonrisas los sueños cobardes,
esos que se escapan, esos que no enfrentan
la puta costumbre de que todo duela.
Te pega un sopapo la verdad pelada,
y casi sin respiro te besa la boca
la melliza mala de la Diosa Fortuna.
Entonces un sol se pone dorado,
el verde que mira, y se deja ver.
Chamuya al oído las cosas de nunca,
las que ni con lupa se las puedo ver,
pero que hacen falta...
puta si hace falta dejarse querer.

Sonrisa y dolores,
bálsamos del alma.
Flores de mi tango eterno,
ángeles en medio del infierno
que vuelan libres
en el club de los reyes sin corte.
No distinguen en la sombra ajena
como arde el hielo de sus bocas,
ni pretenden mas que ser
Campanita cada noche.
Mientras el Rana no pasa de Peter Pan,
y es como una marioneta
que el tiempo olvidó
y él se empeña en destrozar.

Siempre a un paso
de patear el tablero.
El Rey peón mueve
como caballo,
la torre enroca,
los afiles avanzan en diagonal,
para atrás.
El perro rasca
las pulgas del lomo,
agasaja la cana
en su vuelo feroz.
Duplica punto palabra
la frutilla en la boca.
Se arrastra el cienpiés,
le talaron las patas
y busca el bastón,
en los ojos del mar.

Jugar, seguir jugando.
Correr, recorrer el lateral, cruzar el área.
Poner los brazos en jarra, respirar hondo.
Será que cada tanto está bueno dejar de encarar al pedo,
dormir la pelota bajo la suela
y levantar el marulo para ver quien viene...
Por que se disfruta también que alguna vez
te devuelvan una pared y poder ir a cabecear
sin que tener la obligación de tirarnos el centro.
Y a veces hay que pelearla.
Yendo al piso a luchar cada pelota,
bancarse los taponazos en el pecho,
cada tanto tener la certeza de poder ir a frente
y volverse con la cara llena de gol.
La vida, a veces, nos gana por goleada...
pero queda la satisfacción de haber hecho un buen partido.

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Conocedor de historias sin escape,
se ve venir...
Como la luchadora noche del lunes
a la burlona madrugada del martes,
que sabe cierta su llegada.
La canción que es valiente
no tiene brillo, sino luz,
y en alguna soledad se fuga el neón
por el peso de otro dolor.
Porque mutante cruzó de vereda sin mirar
y se dejó atropellar sin querer, queriendo.
Porque el tambor rojo salió de su caja
pero no sonó música, sino lamentos.
Ya no tiñe de negro la idea de ver,
ni parecer, y solo quiere estar y ser.
Y habiendo sacado pasaje,
tiene que volver.

Imposible evitar el karma
ni la ley de gravedad,
de bajar cuando estás arriba,
receta contra la felicidad.
Alguien no hace pie
sin importar la altura ni la profundidad.
Tambalea el rombo imperfecto,
gira el trompo sin cesar
y abarrota la azotea de incertidumbre.
La trampa se vuelve a cerrar en la cola del ratón.
Porque aunque el queso sea delicioso
no contempla la cáscara,
porque duele entre tanto algodón
cualquier espina,
y más aún en un mapa de cicatrices.

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Si miro desde 30 esquinas
es porque quiero saberte,
conocer las aristas del diamante,
y no comprar mas vidrio
creyendo que eran piedras,
porque si bien tiene brillo,
nunca tienen gran valor.
Si ando en calesita,
no es que busque marearte,
es que quiero la sortija...
y una vuelta mas de vos.
Y si te dejo volar,
busco quieras volver
con la cara pintada de risa
y el corazón radiante que ilumine tu alma,
que me alumbre a mi,
en mi negra oscuridad.

Un tropezón más
en el camino de vuelta.
No te caíste esta vez,
no metiste la nariz en la basura,
ni te pasaste de la línea,
pero dejaste escapar
un poco de libertad
blandiendo aquel humo
que supiste conseguir.
Aunque decidas largar,
o dejarte caer en vano,
nunca te voy a fallar...
para eso somos hermanos.
Para no dejarte caer
y levantarte las dos manos.

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Siempre que la aguantaron
me hizo de guapa en la cara,
aunque después reculara
por una tibia razón.
Nunca santo de su devoción,
y menos ahora, que tiene banca,
tiró siempre a la marchanta lo que
parló el corazón.
Ya se, no es culpa de chancho
sino del que le da de morfar.
Soy un otario, lo se,
y no duele la apatía,
jode que en medio de todo
estén esas dos cosas mías
que ahora duelen,
como helaron el verano,
y que aunque les chamuyen finito,
voy a ser siempre su aliado.
Y cómo ya lo hice antes,
durante y después de ella,
me las voy a arreglar solo
con paciencia como escudo
y el fuelle como espada.
Aunque no busco venganza,
mochila pesada para los giles,
la rueda yira que yira
y hoy me toca estar de abajo...
ya me va a tocar ver de arriba.
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El gomía Larrivey me signó para que elija unos "temitas" que me pongan las pilas, que te saquen un poco de la malaria y te limen la amargura. Van en orden embarullado. Hay varios, elijo los que me vienen ahora al marulo.

En Español:
1.- Para la Libertad (J. M. Serrat)
2.- Ya no sé que hacer conmigo (El Cuarteto de Nos)
3.- Sr. Cobranza (Las Manos de Filippi, mas conocido por La Bersuit)
4.- Cambalache (E. S. Discepolo)
5.- El matador (Cacho Castaña)

En Inglés:
1.- Sultans Of Swing (Dire Straits)
2.- Basket Case (Green Day)
3.- Nessun Dorma (Pavarotti)
4.- Pride (In the Name of love) - (U 2)
5.- Shiny happy people (REM)

Como dijo él en sus instrucciones, paso la posta a: Rata, Lorchindy, L., Iluso careta y Wonder Woman

Quisiera que me lo digas
mirándome a los ojos,
las palabras así tienen otro sabor.
Dejan de ser letras
y se vuelven palomas,
que no esconden sus alas
y me llegan al bobo
buscando calor,
acariciándome el alma,
curándome el dolor.

Supongo las cartas que no están marcadas.
No mezclo, no doy,
no entiendo este juego.
O no quiero entender...
Para que el cuchillo no vuelva a doler.
Porque el viento no puede mover la piedra
pero la muele,
y con el tiempo la vuelve arena
y entonces hace con ella lo que quiere.
Como las escaleras,
que en un rato suben y al rato bajan
según se las mire,
según quien las mire.

No temo, ni escapo,
fumando espero.
Aunque se asome la noche
o me nuble la azotea,
la guardia siempre está alerta
por si un dolor me golpea.
Si se me bañan los ojos,
o se me pierde la sonrisa
y me vuelvo un limón,
bien plantado me dispongo
a pelearle mano a mano
batalla tras batalla,
hasta ver un ganador.

Otra estafa al corazón.
Cataratas de fichas caen
como premio de un tragamonedas,
sin razón.
Por amores no hay calvario,
y siento que lo merezco,
me lo gano por otario.
Por no dejar en el baúl
el traje de súper héroe,
el chiquilín me hizo olvidar
lo que tenía agendado,
que el que con pibes se acuesta
amanece bien cagado.
Me duele la puta melancolía
de saber que es culpa mía:
Yo me dejé mentir,
ya no cabe media queja,
tan maraca es el que coge
como también quien se deja.
Pero el problema no es mio,
y sigue siendo de aquellos
que no ven valor mas allá de sus orejas.
Con un tinto que es amigo,
que me escucha, que me entiende,
pero nunca me traiciona,
repaso cada verdad mentirosa
para no darme por vencido
y te llevo hasta el olvido...
(te saco pasaje a nuncavuelvas.)

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Quizá no haya un mañana
ni una noche más.
Es probable,
que nunca te vuelva a ver.
Puede, incluso, que hasta sea cierto
eso de que que nadie te haya oído asi.
Y hasta podés mentir que no fui yo
quien te acarició el alma.
Pero...
Si no podés dejar de llorar,
y volvés a nombrarme sin respirar...
no es que te falte yo,
es que te sobran los motivos
para quedarte conmigo.

Me duelen las botas y también los palos,
me duele que seamos todos tan otarios.
Me duele la puta idiotez argentina,
me duele esta lucha que no tiene cura.
Me duele que sea por guita, poder y capricho,
me duele que destruya y no que construya.
Me duele que siendo todos de un mismo culo
me duelan las lágrimas que me caen ahora.
Me duelen tractores, camiones, piquetes,
me duele la terquedad en pos de la Patria.
Me duele volver a vivir lo mismo,
me duelen los llantos, heridas y golpes,
me duele que nunca hayamos aprendido...
me duele que digan que son argentinos.

(De que sirve ver quien la tiene mas larga??? No aprendimos nada, de nada...)

La Luz del Cabildo
la Plaza de Mayo,
la Casa Rosada.
gente al por mayor.
Las dos peatonales
Florida y Lavalle,
sostienen barullo,
que nunca se callen.
Las dos diagonales,
la calle mas larga,
también la mas ancha,
y la que nunca duerme.
Es que así es el centro
que todos putean,
el que fue mi casa
y donde mi vida
nunca mas se pasa.

Equilibrista en adoquines,
malabarista de temores.
Sale fuego de su pecho
si lo alimenta otra boca
y se mantiene asi,
haciendo la plancha,
cruzando sin ver
la calle a sus anchas.
Respira hondo,
traga mas aire,
y se cuelga a veces
en un mechón de pelo.
Se le hincha el pecho
se llena de humo
puede que el tabaco
lo acompañe miucho,
o quizá una risa,
una carcajada,
se le pegue al cuero
sin dejarle nada.

Un día volvió el otro,
el que golpea abajo,
el que hace que eso duela,
el que no avisa y me traiciona,
el que no cura, lastima,
el que te da sin descanso,
el que no se cansa de dar,
el que te ve de rodillas
(y te vuelve a golpear),
el que maté la otra vez,
el que otra vez va a perder...
(por otario)

Cobró el premio que ganó
ese día que la vida bajó la guardia
y dejó de patearle el culo.
Libertad gritó en el vientre
cuando se apagó el motor
sin señales de derrota,
sin barullo en la capota.
Y se rie, como loco,
y no es culpa del Dios Baco
son las ganas de poder
saberse triunfador un rato
y aunque lo coma la cucha
hoy dice, y siempre sostiene,
que bueno vivir, la pucha.

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Lucha eterna, pelea interna.
Tiembla el bobo, marca el ritmo.
Angustias van en sube y baja.
Bien se cansa quien trabaja
blandiendo de sol a sol
la espada de su locura,
con la que piensa partir en dos
mas de alguna cordura.
La rula gira y la bola,
que no da pleno ni calle,
apenas garpa color
y salvan el rapto los nones.

Cuantas lunas nos pasamos
soñando palabras mágicas
de labios de una mujer.
La vida me premió otra vez,
no fue una, sino dos,
las que me hablaron de amor.
Dos, que no llegan a la cintura,
pero me chamuyaron al pecho,
forjando las palabras mas mágicas
que escuche nunca jamás.
Las que resguardo con furia
como tesoros del alma,
las que ya nadie me puede robar
ni arrancándome el corazón.
"Si tuviera que elegir,
te elegiría a vos", dijo una;
"Te amo pucho", agregó la otra.
Dichas una noche de mayo,
las voy a recordar toda la vida...
y aún después de ella.

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Como cada vez,
fácil es partir difícil volver.
Es que deja así la vida que fue,
y no logra ser.
Porque teme ahí, nunca más volver.
Pero tiene en si orgullo y piedad,
de esa esclavitud,
pequeña deidad.

Baranda rancia deja al trepar
el bicho mugriento por la telaraña.
Olvido el disfraz, cordero de Dios,
veo en el lugar lo que querés vos.
Tirarse en el catre, moldear el colchón,
jugar truco gallo sólo con el cuerpo
y apenas entregar gotas de sudor.
No mandes entonces las cartas marcadas,
juntá lo que tengas...
jugá o descartate.

Caminando empedrados
el Marlboro quema dedos
y me consume con él.
Pausa.
La paro bajo la suela,
levanto el marulo,
respiro hondo...
y sigo.
A la vida canto truco con dos cuatro
y con dos figuras falta envido.
Ligué algún dos y un siete bravo,
el mantel se me llena de sotas.
Nunca hay ancho ganador,
pero tampoco hay falsos,
aunque el culo sucio se hace moda.
No gano partidos,
ni hago primera...
Me juego el resto en cada una,
vengo empardando manos eternas.

Suben, se acomodan, se relajan, bajan.
La sortija está en oferta,
la calesita da vueltas
y otro un perfume a traición
está inundado el andén.
No me voy, no es mi tren,
y dejan ahí la pelota
para empujarla a red.
Las ventanas de la cara
pelean como el mejor,
la angustia, en otro combate,
ya se siente un triunfador.
Los títeres están en danza
y no se menciona venganza
solo el tallo mal cortado
de un corazón espinado.
Porque nadie carga su valija
salvo cuando está vacía.
Y es más fácil un adiós que
miles de buenas noches.

Mirame a los ojos, decime que no.
mostrame los tuyos, contame que ves...
La mula no arranca en la ciudad sin luna,
ni cambian las manos tomadas de a una.
Ni las cinderellas se abren al paso,
ni el viejo retoma su ginebra bols.
Poniendo el cuerpo sin poner el alma
sólo hay una pausa, no llega la calma.
Cambios y más cambios
tocando aeropuertos buscando el adiós,
de aquel que fui y que no era yo.

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Y que?
Al final los sábados
siguen siendo sábados.
Los viejos barrios,
los mismos empedrados,
la misma melanco,
el mismo farol,
y esos putos recuerdos
que te asaltan en las esquinas
y te llevan a colgarte de una rama en soledad,
para tomarte un café con tu alma.
La puta, la gran puta... la más grande.
Duelen esos golpes a la mandíbula,
como si te cagaran a trompadas
de pronto en lo mejor de una fiesta.
Otros son como un gancho al hígado.
Te dejan a veces sin aire,
siquiera para volar...

(No aflojé, ya no más,
sólo bajé a tomar impulso).

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No entienden que estar
no es igual a soportar,
que ponerse a lo último
no es por por placer,
es solidaridad.
Que no alzar la voz no es sumisión,
sino dedicación,
que callar no está en el contrato,
es un calmante a elección.
Pelotudos que no entienden
que mi corazón no se alquila,
ni se compra, por lo menos en metálico.
Idiotas, que me rompen las pelotas
con excusas altaneras y soberbias desmedidas
rellenas de algún dudoso poder.
Otarios que me toman por salame,
y que creen que soy ligero,
ni ellos saben: no soy bueno,
sólo tengo buenas intenciones,
y de boludo sólo porto la cara.
A esos, los que no saben oír, ni ver o callar...
mucho menos sentir,
que no aprendieron el grandioso juego de dar
sin recibir,
ya no esperen nada mas.
Ya levanté la voz, ya no me voy a callar...
Que se metan en el culo sus miles y millones,
sus regalos y adulaciones.
Para vivir nací...
y este tren no va a descarrilarse ahora
así porque si.

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Las funciones de trasnoche retocan un tanto el pecho,
dejan tuerto al que clarea y estimulan el marulo.
El caballito se asoma y pone en piel el hocico,
más laburo da el rengo con sus piernas de metal.
La excusa de un trovador daba lata sin Piedad,
las marcas de una pasión flanquearon la voluntad.
Embarcado sin destino, sin faroles, sin abrigo,
no hubo mayor equipaje que un puñado de sueños
y un marote revolucionado...
por la vida que transita.
Porque nada soy sin mi pasado, no lo esquivo, bien lo pago.
Y si caigo un centena, me levanto ciento una,
ya no se lo que es el miedo a pagar por mis condenas.

A veces dan ganas de jugar juegos menos dolorosos,
más lúdicos, menos costosos, que no duelan ganar.
Otras, en cambio, está esa necesidad
de ojos que miren tierno y no escondan verdades.
De una boca que queme y no diga mentiras,
de manos que abracen y no te suelten la mano.
Un colador en el pecho maltrecho de angustia
no puede zafar de una burda melancolía.
Mil princesas no hacen una reina,
dicen por ahí...
pero tampoco cien corazones hacen un gran amor.

Como ese loco,
que en la oscuridad busca quien lo entienda,
y el alma se remienda para verse bien pituco.
Como aquel que no tiene nada,
y nada pierde cuando no gana.
Las ninfas del Dios Baco lo seducen,
le dejan el alma en bolas,
le despejan las equis, lo llevan al ayer.
Pero no hay versos bañados en alcohol,
sólo se lava el marulo y se afloja un par de ideas,
son inquietudes de un enigmático dibujo
entre comisura y comisura.
Un silencio no amistoso
dice que no hay daño por hacer
más que morder un juego de hombros.
La carcajada marca la pausa
y desvela otra locura placentera.
Y sigue riendo, a risotada limpia,
con el corazón abierto de Norte a Sur
y se vuelve a él, inofensivo,
viviéndola como pibe,
ese que pone cara de logi
cuando afana un par de caramelos
mientras se caga de risa, otra vez.

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Días de verano, vientos de otoño.
Cerrando más puertas, violando recuerdos,
pelando con otros molinos de viento.
Ni en el empedrado hubo ya melanco.
Cigarro en la boca ve esa señal,
hoy pudo volver y no ser touché.
El subte se fue y no hubo mas palabras,
ella hasta el Cabildo,
a él el 55 lo llevó a Palermo (cerca del olvido).
El aire era otro, no se siente enfermo,
o al menos intenta jugar a no estarlo.
Timbeando a la vida sigue su consejo
no quiere tacharse otra vez la doble,
pelea porque sea escalera real
(de esas que te suben y no te hacen mal).
Levanta el marulo, vive sin reflejos,
y lo que el cuore dicta es su razón de ser.
Así vive hoy, casi como ayer,
casi como dando pasos de cangrejo...

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Noctámbulo diario,
sopa de letras que no arma oración.
Asfixia la vida vivida con pena
y se busca en la noche la excusa perfecta
comprando caricias, besos y abrazos,
caminando lento por el barrio del otario.
La miel se exagera, se pasa de copas,
retumban los ecos en los arrabales,
un Adán en bolas quiere despertar.
La mochila sigue cargando mil nombres,
todo pesa un kilo cuando clarea el día,
una tonelada si se pone el sol.
El tubo de oxigeno a veces se esconde,
y se hace más difícil poder respirar.
Como el río pobre, que igual es un río,
porque el cauce no cuenta nada de su historia.
La vida te cobra peajes para ser felíz.

El desarme destapa saldos de un tiempo,
momentos que asaltan y sueltan perlas contenidas.
La mudanza de esqueletos no habla de retornos,
marca el fin de aquel nuevo camino.
Mata al tiempo, mata al olvido,
propone un atajo por la empedrada calle a nunca vuelvas.
Porque nadie teme lo vivido,
y en la guerra no hay triunfo sin batallas ni caídos.
Porque el sol se va sin preguntar,
no pide permisos para dar calor
ni espera que nadie le ayude a brillar.
Tres recuerdos, dos arenas y una sierra compartida.
Me quedo con eso, el resto te lo dejo a vos.
Sólo eso, todo eso...
...y me lo llevo puesto, con el ocaso.



(la idea de este tema, oído palabra por palabra,
no es llorar... sino aprender)

Un si y un tal vez,
mismo sentir que un barrilete cósmico.
Así volví, cruzando de sur a norte
con el pecho inflado,
como en el gol de Diego a los ingleses.
Ahora, vagando en la calle melancolía,
se mezclan los bobazos y
no sólo por las pibas,
también por aquellas pequeñas cosas.
La lengua traidora verba gangosa
y el lomo con papas amaga turbar.
Pero clarea el alba en el marulo,
y aunque cada esquina te venda buzones
ya nunca más salgo a comprar,
porque la traición forjó un nombre en el placard,
porque también seducen los frascos de veneno.

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Los Premios II
Ya hace un tiempo algunos quisieron agasajarme y me enseñaron que el valor de los premios trasciende las creencias que uno tiene sobre ellos, y que el verdadero fin muchas veces no está en galardonar a quien lo recibe, sino en sentir que el verdadero premio es que te tomen en consideración.

Como dije aquella vez, no se si hicieron bien en su elección, no creo mucho en los premios y no me creo merecedor de premio alguno. Pero de todas maneras me llena de orgullo, y más por tratarse de quienes vienen.

Así, aunque sigo sin creerme merecedor de semejantes cosas por nada más que este blog, quiero agradecer a Basquiat, Nocheestrellada y Carolina de Waipu Educa por concederme (no sin avergonzarme) no sólo lo que muestro más abajo, sino por las cosas maravillosas que supieron regalarme en sus blogs al momento de detallar su elección.

Son los premios "Arte y Pico" (por su creatividad, diseño, material interesante y aportes a la comunidad bloguera), "Di que este no es un mal blog" y el "Premio Waipu Educa Artistas y Poetas".

Los dos primeros son para compartir del mismo modo que lo hicieron conmigo, y en menudo problema me han metido. Así, dejando afuera a algunos porque sólo debo elegir 12 entre ambos galardones, traté de asignarles a los que más les cabe, tratando además de no repetir (algunos se merecen ambos) y de "premiar" a quienes no lo hayan recibido desde otro blog, pero con el férreo temor de saber que estoy cometiendo injusticias con los que dejo afuera, a quienes les pido disculpas.

Diz que até nao e um mau blog (Dí que este no es un mal blog)
(no encontré una descripción sobre que es lo que se premia, pero lo entendí como un premio al blog copado)

*La consigna : Escribir un post linkeando a la persona que te lo dio
*Etiquetar el premio bajo la etiqueta "Premio"
*Transcribir estas reglas
*Elegir 7 blogs que recibirán el premio
*Exhibir orgullosamente el premio!

1) La grieta (Geoffrey Firmin)
2) Temporada de Patos (Varios)
3) Habichuelas mágicas (Srita. Habichuela)
4) Mi perro blog (Chien)
5) Delirium tremens (La Chica Pirata)
6) Mandarina Rabiosa (Juicy)
7) Mollejas y escaveches de bajo estilo (El iluso careta)

"Arte y Pico" a la creatividad, diseño, interés y aporte a la comunidad bloguera.

*Elegir 5 blogs que consideres merecedores del premio, sin importar su idioma.
*Cada premio debe tener el nombre del autor y su blog.
*Cada premiado debe exhibir el premio y colocar nombre y link de quien lo premió
*Premiado y premiador deben exhibir el enlace de Arte y pico, para que todos sepan el origen de este premio.
*Exhibir estas reglas.

1) Que te pasa (Lorchindy): siempre dispuesta a dar una mano, a quien sea, con las palabras justas o con algunas que necesiten una vuelta de tuerca. Un ángel suelto en la blogósfera.
2) La vaca no habla (Mariano Alejo): Casi como mi nuevo hogar, como el club del barrio. Es el café de la esquina donde te juntas con los pibes a tomarte un feca o una birra y chamuyás de todo. Creatividad al 100x100.
3) Diamante loco (Martín): Creatividad pura al servicio de la comunidad bloguera. Excelentes fotos, música, textos, y sigue creciendo.
4) El manual urgente para padres (Roberto): la literatura necesaria para cualquier padre primerizo que quiera saber de antemano que es lo que le va a ocurrir, aunque leer aquello no impida que le pase.
5) Los Alfano (Mechas): una mezcla de humor, calidez, buenos augurios y enseñanzas ancestrales, todo tamizado con el mortero único e inigualable de la Srita. Mechas.

Perdiendo por goleada no miro la hora,
me secó el sudor en forma de lágrima
y sigo corriendo en busca del gol.
El corazón se ensancha,
pero guarda esos temores.
De que el árbol crezca torcido,
que la manzana no caiga lejos del árbol,
de que un tilingo me afane
sus corazones de muñeca.
Por mas que me den la espalda
vuelvo corriendo a buscarlas
y no cedo, ni tiro el ancla,
apenas si me agazapo para tomar envión.
Porque el amor no se gasta,
ni se empeña, ni se alquila,
se gana con otro amor.
Recorro mi Baires tan desenfadada
probando que el tiempo no es tordo,
pero ayuda a curar.
Que el sol quema el cuero
pero no calienta el alma,
y que el marulo se enfría
pero no congela el bobo.
Porque puedo amar a dos,
y como yo, nadie en la puta vida.
Porque son una parte mía,
son lo mejor de mi...