Un si y un tal vez,
mismo sentir que un barrilete cósmico.
Así volví, cruzando de sur a norte
con el pecho inflado,
como en el gol de Diego a los ingleses.
Ahora, vagando en la calle melancolía,
se mezclan los bobazos y
no sólo por las pibas,
también por aquellas pequeñas cosas.
La lengua traidora verba gangosa
y el lomo con papas amaga turbar.
Pero clarea el alba en el marulo,
y aunque cada esquina te venda buzones
ya nunca más salgo a comprar,
porque la traición forjó un nombre en el placard,
porque también seducen los frascos de veneno.

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