Otra estafa al corazón.
Cataratas de fichas caen
como premio de un tragamonedas,
sin razón.
Por amores no hay calvario,
y siento que lo merezco,
me lo gano por otario.
Por no dejar en el baúl
el traje de súper héroe,
el chiquilín me hizo olvidar
lo que tenía agendado,
que el que con pibes se acuesta
amanece bien cagado.
Me duele la puta melancolía
de saber que es culpa mía:
Yo me dejé mentir,
ya no cabe media queja,
tan maraca es el que coge
como también quien se deja.
Pero el problema no es mio,
y sigue siendo de aquellos
que no ven valor mas allá de sus orejas.
Con un tinto que es amigo,
que me escucha, que me entiende,
pero nunca me traiciona,
repaso cada verdad mentirosa
para no darme por vencido
y te llevo hasta el olvido...
(te saco pasaje a nuncavuelvas.)

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