Marcha lenta es la del cien pies,
que tiene mas patas, pero no es mas rápido.
El día tirita mojado de algún ayer,
la tarde se juega todo al ajedrez
y la noche, la mas puta noche,
se entretiene afuera con un par de cien.
Mochila al dope la de la costumbre
y más si el camino nunca se dobló.
Busca en el infarto esa salvación
y amaga ponerse un bufo en la sien.
El corazón duro no quiere más lola,
tocaba un vals y desafinó.
A veces te jode que todo sea un tango
y prendés la radio buscando calor,
porque si pudiera soltar la gomera
me parto los ojos por verte brillar.
Y aunque todavía le queda camino
de ese que desanda por deletrear,
sobre el empedrado de una calle oscura
se tumba el rope después de ladrar.