Aparece el fantasma y nos deja en orsai.
Pinta el fau y sin importar si es en el área.
Con los brazos en jarra mirando el reloj
busca el banco, pero nunca pide el cambio.
A veces no es la semilla,
sino la tierra la que mufa la cosecha.
(mentiras en cuotas encuentran la luz
en la mesa de saldos de un desamor).
No hay odio, no aprendí,
es dolor de saber y no saber.
Se apagan todas las luces,
la vela no da calor.
La soga sigue cagada,
la boca se tuerce pero no la suelta,
y siguen los mismo muertos
muriéndose un poco más.
6 comentarios:
ME GUSTARIA GRITARTE ¡¡¡ OBJECION!!! A LO INOBJETABLE DE LA HUMANA MISERIA.
ME GUSTARIA DISCUTIRLO HASTA RABIAR,ME GUSTARIA QUE ENTIENDAS QUE EL ODIO TAMBIEN ES PARTE DEL AMOR, PERO ASI TE CONOCI , ASI TE QUIERO Y ASI TE ACEPTO...SALUD Y BENDITA SEA ESTE MOMENTO TAN TUYO, TAN ASI COMO EL QUE SIEMPRE QUICE ESTAR
Sos esa mesa junto a la ventana de cualquier bar.
Gracias.
Abrazo de gol
uff entre para dejar comentario y no deje de soprenderme que cantidad de palabras q forman frases increibles!!!!! como siempre un placer!!!
Ay! me hace sonrojar! Gracias...
Está historia la viví en el Bar O Bar pero tu la cuentas de maravillas.
Te abrazo, Naimad.
M.
Male: Gracias! tanto tiempo, verdad? Así en la tierra como en la vida... ndamos por caminos similares, veo.
Besos.
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