Ojos de sol radiante,
que en un segundo
despejan las tinieblas de la noche,
a pleno día.
Luna sobre el río,
dos veces luna,
una que veo
y otra que siento.
El que rie siempre la pasa mejor...
...y hoy no la paso tan bien.

Un dia...
Tus ojos van a dejar de mirarte la nuca...
y ahi vas a sentir que nunca
pudiste ser quien decís que sos.

Amanece en sus miradas.
Se les sale el sol por los ojos,
canta un coro de sirenas
si las oigo chamuyar,
y llega la Primavera
cuando las veo bailar.
Tanias de entrecasa ,
guerrilleras de maceta,
compañeras de emociones
que hacen la revolución en mi.
Ganan ellas las batallas
que no puedo librar solo,
conquistan mi corazón y matan mi soledad.

Resuena un Benedetti en el marote...
Otro viaje a nunca vuelvas,
con pasaje en primer clase
en el tren del egoísmo...
...por tener miedo a sentir.

Un mal negocio con los bienes del corazón,
otra pileta sin agua que nadar,
un gol en contra, sobre la hora, y de penal.
Otra apuesta jugando el pleno a color
te deja pelado hasta el culo de tanto arrastrar.
Al menos me queda mi dignidad,
pero es para consumo personal.

El amor y el desgano,
durmiendo en la misma cama,
no son buena compañía.
Por eso recorre bares,
va buscando más excesos,
y mira de tanto en tanto
juntando bocas con besos.
Remonta calles de piedra,
se maquilla la sonrisa,
y revuelca sobre la mesa
el mazo y todos los dados:
Generala de arrabales
y un póker de simpatía
que pierde de 2 a 7 .

Inquieto...
Viejos fantasmas rondan el marulo
y nublan la mirada, y mojan las mejillas.
Casi como un dejabú,
pero sin matices fantásticos.
Basta de grises, de rencores absurdos.
Basta ya de una vez de mugre bajo la alfombra.
Los dientes apretados y un recuerdo,
un pasaje sin escalas a otra pobreza emocional.
Rompiendo cadenas ajenas,
busco para mi la misma libertad.
Porque nunca es bueno guardar cosas
que ocupen lugar en el alma,
ni cargar por el empedrado con baúles repletos
de buzones baratos...
...las consecuencias siempre son peores que las causas.
Este mundo merece felicidad,
a cualquier hora, y de cualquier color.

Abrí los ojos,
regalame un sol.
Sonreí con todos tus dientes,
encadilame.
Cerrá la trompa,
tentame.
Mostrame tus detalles,
dejame ver tus callejones sin salida...
Bajame a los infiernos,
y sacarás lo mejor de mi.

Una historia sin final,
una paleta de mil colores.
Cuenta la vida como una comedia
y se le rie en la cara a la desgracia.
Compra humo, vuela y baja,
y te canta la posta sin guitarras.
Lleno de sueños y frustraciones
carga la mochila al hombro,
y gambetea un par de fracasos
antes de subirse al bondi.
Va pelearla mano a mano.
Cuando la vida le hace frente
se le planta al grandote
y hace suya cualquier guerra,
aunque la vaya de punto.
Eso que nos emparda
y no es cosa de familia,
es hermano de la vida.

(¡La puta madre, gracias Marce!)

Mirando la gente pasar
vuelve a temblar.
Saltando vallas de otros pasados
baila un tango con alguna soledad.
Y rompe cadenas
y conjuga verbos sin madurar.
Los placares tiene muertos
que no arrugan por salir,
pero no traen luz
sino más oscuridad.
Pero el sol infla el pecho
y derrite almas glaciares
al entrar por la ventana.
Porque no es sano tirar el centro
y saltar a cabecear.

Sube la fiebre, abunda el miedo,
crece la ansiedad, bajan más lágrimas...
La noche no se hizo para ganar.
Desvelan los flashes de las fotos de ayer,
el verde que rodea las pupilas
ya no me mira a los ojos,
ni dice las cosas que nunca escuché.
Como la luz brillante primero encandilo,
no causo sorpresa si marcha el reloj.
Un pucho, el alcohol, café y una rama,
compañía, escape, sangre y sudor.
Taladra el marote la imaginación,
la boca no quiere ni hace ni sentir.
Y el cuerpo se enfría, no quiere dormir,
extraña la seda que dejó querer.
El gallego que decía verdad de arrabales
no canta locuras... ya clava puñales.

Volví a los empedrados de antes,
hace algún tiempo ya,
aquellos de la calle melancolía.
Los del pensar en pasado,
mientras vivo en el presente,
trazando erróneos futuros.
No encontraba más razones
que una manzana agusanada
y la oscuridad de algunas almas.
Un chaleco ya extraña a su campera,
yo buscaba en los bolsillos más motivos,
más de mil mentiras que valgan la pena.
Hoy encontré un millón de tequieros
el único millón que quedaba,
acodados en la barra de un bar,
pidiendo a gritos un tinto
de esos que ayudan a olvidar.

Deliraba despierto con verte la cara,
jugaba de noche escuchando tu voz.
Compraba humo de colores pensando tus ojos,
y me lo fumaba soñando con vos.
Caminé mil calles buscando tus manos,
y te amaba tanto sin poderte ver.
Y un día fue luz...
Hoy veo tu mirada, la que cura males,
se me infla el pecho al verte brillar,
como por tu boca y respiro tus besos...
es que tus abrazos me libran del mal.
Hace 7 años te escuché gritar, cruzamos miradas,
nos dimos la mano y echamos a andar.

El escape a la victoria
tuvo sabor a futuro,
a lucha de David y Goliat,
a un asiento en el subte D
a las 10 de la mañana.
Y dijo que la razón
venció a la fuerza (otra vez),
sin la suerte del campeón,
que la paciencia no es espada,
es escudo, una lanza.
Una carcajada en pelotas,
saltando de charco en charco,
se envuelve por Buenos Aires
cantando a grito pelado
cosas que son reales:
"Vos quedate tus morlacos,
yo con mis ideales".

Caga a piñas al espejo,
ese que lo imita y se aleja de él,
el que no se dobla, el que nunca miente,
el que no reconoce su imagen de hoy.
Por basurales a medida recorre su vida
sembrando la roña que odia tener.
El bondi no para, no usa los frenos,
la araña no deja nunca de tejer,
pero si se entrega, al cerrar la puerta,
al llanto de un pibe que no deja ver.
Pulula los centros, veredas y esquinas,
recorre empedrados, Palermos, Belgranos,
porque ese aljibe no tiene verdades
y algunas miserias van de contrabando.

Tres años de amor y ternura, divina locura,
sembrando en el pecho razones de hacer,
comprando con muecas su pasaje al mundo
jugando hace grande mi razón de ser.
Sonrisa que tiene sol de primavera,
huecos en la cara que imitan mi ayer.
Sus ojos me dicen, aunque estén mojados,
que es largo el camino para recorrer.
Como la otra flor, del mismo jardín,
me cambia de mano en la ruta gris
me vuelve de roble, y me hace sentir...
que abrazo sorpresa siempre vale doble.

Madura la tarde frente a la ventana,
el crío que chilla queriendo jugar.
Presente de cuento, pétalos de ayer,
y dos veces diez vagando recuerdos.
Apóstoles en desuso,
testigos de otra era confinados a pelear
un mano a mano al campeón de olvido,
sobrándoles aire y sin respirar.
Remolinos de inocencia,
deseos de insolencia.

Se baila una polca ahora en el marote,
la carrera de caracoles no tiene ganador.
Por qué aquella angustia dice más de vos?
nubla la vereda, mira la otra orilla,
tiene un pitucón en el corazón.
Redobla seguro de que alguien lo garpa
pero la milanga no tiene verdad
(no la quiere ver),
la bandera sube a desgano al mástil
y saca provecho el mago de verse llover.
El repiqueteo se ausenta del sueño
el topo no quiere perder su lugar
compra los boletos, y el abecedario,
da la vuelta al mundo una y otra vez.

Un día y una noche.
Una frase acuñada en el pecho,
que cauteriza otras hechas
por las espinas de la rosa.
Se te mete por los ojos
y te muda el alma a una burbuja.

"SI TUBIESE DOS PAPAS TE ELIJIRIA A VOS
SOS EL PAPA MAS BUENO DEL MUNDO" (SIC)

Touché.

Y es así como caen los más grandes.
Una palabra, un silencio, una nada.
Con eso basta para soltar al perro,
para llenar el pecho de angustia.
Así se bañan un par de ojos claros
y se suelta una lengua filosa y fuerte,
la que no dice lo que quiere
porque no hablan el mismo idioma,
aunque comparten el mismo dolor.
Le prohíbe entrar a su mundo de fantasía,
le muestra el camino de salida de su corazón.
Así ella va matando al gigante,
aunque no llegue a los 7 años.

Marcha lenta es la del cien pies,
que tiene mas patas, pero no es mas rápido.
El día tirita mojado de algún ayer,
la tarde se juega todo al ajedrez
y la noche, la mas puta noche,
se entretiene afuera con un par de cien.
Mochila al dope la de la costumbre
y más si el camino nunca se dobló.
Busca en el infarto esa salvación
y amaga ponerse un bufo en la sien.
El corazón duro no quiere más lola,
tocaba un vals y desafinó.
A veces te jode que todo sea un tango
y prendés la radio buscando calor,
porque si pudiera soltar la gomera
me parto los ojos por verte brillar.
Y aunque todavía le queda camino
de ese que desanda por deletrear,
sobre el empedrado de una calle oscura
se tumba el rope después de ladrar.