Cuando el reloj marcó las siete me vio levantarme en un instante y salir hacia Corrientes
en busca del olvido.
Pero, inútilmente me levanto cada día deseando lo mismo,
Sin caer en la cuenta de que nada es para siempre,
y que todo vuelve algún día.
Y esta vez, por la mañana, me di cuenta de que cada vez que me despierte
me quedaré en tu sueño, y te quedarás en el mío, hasta la muerte.
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