El desarme destapa saldos de un tiempo,
momentos que asaltan y sueltan perlas contenidas.
La mudanza de esqueletos no habla de retornos,
marca el fin de aquel nuevo camino.
Mata al tiempo, mata al olvido,
propone un atajo por la empedrada calle a nunca vuelvas.
Porque nadie teme lo vivido,
y en la guerra no hay triunfo sin batallas ni caídos.
Porque el sol se va sin preguntar,
no pide permisos para dar calor
ni espera que nadie le ayude a brillar.
Tres recuerdos, dos arenas y una sierra compartida.
Me quedo con eso, el resto te lo dejo a vos.
Sólo eso, todo eso...
...y me lo llevo puesto, con el ocaso.



(la idea de este tema, oído palabra por palabra,
no es llorar... sino aprender)