La melanconlía de ya no ser,o dejar de ser hasta nuevo aviso,
me atacó otra vez, pero no por sorpresa.
La estaba esperando, viene siempre.
Como en cada viaje,
cuando pego la vuelta y despierto,
y descubro que sigo siendo yo,
que terminó la magia,
que se termina la vuelta y no saqué la sortija.
Esta vez no me arrinconó.
Llegó despacio,mientras yo esperaba otras cosas también,
y se sentó a mi lado hasta que me quedé dormido.
Me susurró al oído que ya no piense,
que disfrute lo vivido y me quede con eso,
y que no piense en una próxima vez.
Y mientras el sueño confundía su voz con tu recuerdo
y la esperanza de que me llames,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario