2.7.07

Levantando el dia de la primera luna de julio buscaba la excusa perfecta de volverte a ver.
Tomando los recaudos armaba una táctica que no dicta la razón, si contar los riesgos de armas ajenas que montan la guardia cuidando el valor.
Ante los embates de caricias brujas, que encienden la ira como no debiera, yo me fui al ataque, una y otra vez, quedando en offside como un pelotudo que mira las cosas que no quiere ver.
No dejé defensas y mi corazón, lento en el medio campo, por más que corrió poco pudo hacer para defenderse del todo,
y el Midas de mierda me vuelve ganar.
Perdiendo por mucho, no pude empardar,
busqué mil maneras, pero no hubo más.
Y en un contrataque, cuando ya sin fuerzas la quise guapear,
me volví al vestuario con brazos en jarra, la cabeza gacha,
buscando pretextos para comprender,
que lo que se dice,
y lo que se piensa,
no tiene medida ni razón de ser.
Como siempre pasa, en cada derrota,
la soledad es el único amigo que nos viene a ver.

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